Sucede que a veces...
Sucede que a veces la vida mata y el amor    
te echa silicona en los cerrojos de tu casa,    
o te abre un expediente de regulación,    
y te expulsa del Edén, hacia tierras extrañas.    
Sucede que a veces sales de un bar y la luz    
quema la piel de este vampiro que te ama,    
te llena la frente de fino polvo marrón-sur,    
bostezas y te queman agujetas en las alas.     
Pero sucede también    
que, sin saber cómo ni cuándo,    
algo te eriza la piel    
y te rescata del naufragio.     
Y siempre es viernes, siesta de verano,    
verbena en la aldea, guirnaldas en mayo,    
tormentas que apagan el televisor.    
Teléfonos que arden, me nombra tu voz,    
hoy ceno contigo, hoy revolución,    
reyes que pierden sus coronas,    
verte entre la multitud,    
abrazos que incendian la aurora    
en las playas del sur.     
Sucede que a veces la vida mata y te encuentras    
solo y en este corazón no reciclable    
se hunden petroleros desahuciados y sospechas    
que provocan miopía en lanzadores de puñales.    
Sucede que a veces la vida mata y el invierno    
saca su revólver, te encañona en las costillas,    
te aterran los álbumes de fotos y el espejo,    
huele a pino el coche y el mar a gasolina.     
Pero sucede también    
que, sin saber cómo ni cuándo,    
algo te eriza la piel    
y te rescata del naufragio.     
Y siempre es viernes, siesta de verano,    
verbena en la aldea, guirnaldas en mayo,    
tormentas que apagan el televisor.    
Teléfonos que arden, me nombra tu voz,    
hoy ceno contigo, hoy revolución,    
reyes que pierden sus coronas,    
verte entre la multitud,    
abrazos que incendian la aurora    
en las playas del sur.     
Sucede que a veces la vida mata...    
 Y siempre es viernes, siesta de verano...    
 Hoy ceno contigo, hoy revolución...
 En aquella cocina, rodeadas de pimiento y cebolla... (para qué más..) y con la música a tope... :D 
 
1 comentario
kaa -
mux!